El viejo duerme sin prisa
en su cama de hojas rotas,
junto a la orilla del frio
solo flotan las pequeñas cosas
Algunas manos lo acercan
al sol que calma el vacío
mojan de blanco el otoño
las nubes sobre el cristal
Hijos de poca memoria
rompen las horas de abrigo,
besos de tristes domingos
en el Corredor del Olvido.
Siempre se caen los tejados
sobre el desván de la infancia
en los arcones dorados
guardan su sombra las ratas
El polvo agrieta tu rostro
sobre los viejos espejos,
somos ancianos futuros
soplando sin aire el cristal
Hijos de poca memoria
rompen las horas de abrigo,
besos de tristes domingos
en el Corredor del Olvido.
Hijos de poca memoria
rompen las horas de abrigo,
besos de tristes domingos
en el Corredor del Olvido,
en el Corredor del Olvido,.
en el Corredor del Olvido...
|